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Si el lector es un deportista profesional entenderá que no estoy minimizando la dificultad que tienen los deportes bien practicados, pero el hecho es que he decidido escribir este artículo porque nos cansamos de decir que tal jugador no tiene ni una pisca de sentido común y los clubes deportivos también son organizaciones cuyas gestiones son medidas en buena parte por los resultados obtenidos en el campo de juego y los jugadores que compiten en las diferentes disciplinas son los principales responsables de los resultados, por los cuáles más tarde un presidente, su comisión directiva y obviamente el cuerpo técnico, serán juzgados
Alejandro Medina Bustamante (2013), un DT Profesional de Fútbol de la Asociación Colombiana de Entrenadores de Fútbol, dice que el fútbol y el sentido común son la mezcla perfecta para el buen juego. En un artículo muy interesante que escribió hace un tiempo, dice que, al hablar de sentido común, son muchas las interpretaciones que nos podrían venir a la mente. La más cercana al entendimiento colectivo es que este término es asociado al sentido de la lógica simple.
Avanzar frente a cualquier tarea, sin tener un firme sentido común y una plena lógica en lo que se hace y como se hace, es cómo manejar un vehículo con los ojos vendados, desastroso. En el futbol, el sentido común, “la lógica”, es fundamental para la generación de un mejor juego desde lo individual y hacia lo grupal, partiendo de lo entrenado sin dar pasó nunca a la improvisación, pero si a las acciones coherente frente a las situaciones diversas y diferentes que presente cada partido.
¿Cómo decidir a cuál de los compañeros es más adecuado entregar el balón y en qué momento?, ¿durante cuánto tiempo es adecuado retener la pelota y avanzar con ella? ¿Cuándo generar un cambio de banda o simplemente patear directo al arco? Lo anterior no se responde con un libreto estándar, sino que será definido en cada caso de manera errada o correcta según la capacidad lógica dé cada jugador y obviamente, teniendo en cuenta lo que haga el rival, que también juega y desea ganar.
El futbol debe jugarse con sentido común, “lógica oportuna” que conlleve al juego rápido, inteligente y efectivo en lo individual y lo colectivo. Indiscutiblemente, desarrollar el sentido común en el futbol, así como en cualquier circunstancia de la vida, nos dará mejor rendimiento y posibles ventajas sobre quienes no usen por encima de todo, la lógica a la hora de tomar cada decisión de juego.
Pese a que un tiro libre penal lanzado al centro del arco tiene significativamente más posibilidades de éxito, solo el 17% de los tiros se lanzan a ese lugar. ¿Por qué tan pocos? Una razón es que a primera vista patear al centro se ve como una idea espantosa, dado que generalmente es la posición inicial del arquero o guardameta. Es decir, el arquero ya está parado en ese lugar y un rápido razonamiento indica que le estaremos dando el balón precisamente en sus manos. Parece antinatural, una violación obvia del sentido común, pero también lo es la idea de prevenir una enfermedad inyectando los mismos microbios que la causan. (Dubner y Levitt, 2014). En la vida, puede que a veces, patear al centro, sea lo más racional.
El genio de los deportistas más exitosos se basa, a mi entender, en que, despojados totalmente del sentido común colectivo, generan una nueva alternativa por la cual se deciden en una décima de segundo, y la ejecutan para sorpresa de sus rivales. Solo basta recordar el mejor gol de todos los tiempos, el que hiciera Diego Maradona en el mundial de México 1986, a la selección de Inglaterra. Había varias opciones de pase a sus compañeros, de corta distancia, de media y de larga, y estos compañeros habrían tenido que tomar otras decisiones, a tal punto, que la jugada hubiera terminado, en gol o pelota perdida, pero con la toma de decenas de decisiones intermedias. Sin embargo, el Diego Maradona tomó la decisión de avanzar por sus propios medios, y al ver que sus compañeros no estaban tan libres como para recibir el balón sin riesgos de quite por parte del adversario, su próxima decisión, fue, nuevamente continuar solo, así, hasta superar al último jugador y empujarla hasta el fondo del arco rival. Para sorpresa de propios y extraños. Hoy al ver el video de ese recordado hito histórico, sigo pensando, en que a ningún jugador profesional del mundo se le hubiera ocurrido esta alternativa, considerando, además, el entorno y todo lo que estaba en juego, que supuesto hace que la relevancia sea mil veces mayor.
¿Carecía Diego Maradona de sentido común? No tengo dudas que sí, que no tenía ni una pizca del que para el resto de los mortales significa este sentido. Pero, como a la mayoría de las personas, esta ausencia de sentido común, puede llevarlo a un fracaso estrepitoso, al genio futbolístico de Maradona lo catapultó al más grande de los éxitos deportivos.
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